Emocionado y emocionado, MONK despierta a sus tres amigos (que no están tan emocionados) en medio de la noche y los lleva al patio. Orgulloso, les muestra el cohete que ha hecho. MONK ha decidido desenganchar la luna para el "perro de sus sueños", KIMMY. Pero nada sale como estaba planeado... Noche tras noche, para la irritación de sus amigos que siguen siendo despertados, MONK sufre un fracaso tras otro: el cohete no despega, pero sí quema todo en el suelo, incluidos los perros; el cohete se estrella unos segundos después del despegue; el cohete expulsa a MONK y desaparece en el espacio... MONK queda totalmente desalentado... ¡Pero espera un segundo, es un milagro! Finalmente logra despegar hacia la luna, con una gran sonrisa. Está a punto de desengancharla, pero la luna no quiere saber nada de eso y le da a MONK una gran bofetada en la cara, haciéndolo estrellarse contra su casa.